¿Por qué el cristal es tan adictivo?
La metanfetamina, o meth, es un estimulante potente y adictivo del sistema nervioso central que es químicamente similar a otras anfetaminas. Las anfetaminas (p. ej., Adderall, Dexedrine), incluida la metanfetamina ( Desoxyn ), a menudo se usan para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad ( TDAH ) y la narcolepsia, pero algunas también están indicadas para la pérdida de peso a corto plazo o para controlar la obesidad.
El consumo de cristal o metanfetamina, al igual que otras anfetaminas, provoca un aumento de la actividad, una disminución del apetito, una mayor sociabilidad y locuacidad, y puede inducir sentimientos de placer y una sensación de bienestar. Sin embargo, una diferencia clave entre la metanfetamina y las anfetaminas es que una mayor cantidad de la droga pasa al cerebro en comparación con una dosis similar de anfetaminas, lo que la convierte en un estimulante más potente y adictivo.
Cuando el cristal se fuma o se inyecta, los efectos se sienten extremadamente rápidos; provocando un subidón inmediato e intenso, pero de corta duración. La inhalación del cristal produce efectos de euforia en varios minutos, pero no un subidón intenso.
Estos efectos placenteros duran más que la cocaína, pero aún son algo fugaces, y los usuarios a menudo tratan de mantener el efecto tomando más droga, a veces renunciando a comer, dormir y otras responsabilidades mientras se dan atracones de cristal durante varios días.
El consumo de cristal o meta provoca un aumento en los niveles de dopamina, una sustancia química del cerebro que juega un papel importante en la motivación y el refuerzo de las recompensas.
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David Nava - Webmaster
Consejero en Adicciones
