Las 10 complicaciones psiquiátricas asociadas al consumo de marihuana
Aquí tienes las 10 complicaciones psiquiátricas asociadas al consumo de marihuana, así como los efectos agudos como euforia, ansiedad, síntomas paranoides, alteración de la memoria a corto plazo, dificultad de concentración, empeoramiento del tiempo de reacción y atención, incoordinación motora, temblores, somnolencia, distorsión espacio temporal, entre otros.
1.- Ansiedad
Típicamente el consumo de THC tiene un efecto relajante; sin embargo, algunos usuarios pueden presentar, en el contexto de la intoxicación aguda, cuadros de ansiedad y crisis de pánico. La prevalencia de estos síntomas puede llegar al 22%, siendo más frecuente en consumidores poco experimentados e individuos vulnerables, así como en mujeres. Por otro lado, se ha descrito la aparición de trastorno de pánico tras el consumo mantenido. Igualmente se ha descrito una mayor prevalencia de consumo crónico en pacientes con fobia social.
2.- Depresión
Los últimos estudios sugieren que el consumo de cannabis puede incrementar el riesgo de desarrollar trastornos depresivos, especialmente cuando se consume de forma habitual y el inicio del consumo ha sido temprano. A la inversa, hay escasa evidencia de que los sujetos con depresión presenten un riesgo elevado de consumir cannabis posteriormente. Con los datos actuales no se puede descartar que la asociación entre cannabis y depresión sea debida a factores sociales, familiares y ambientales comunes que aumentan el riesgo tanto del consumo de cannabis como de la depresión. En algunos estudios se ha descrito mayor riesgo de suicidio entre los consumidores de cannabis.
3.- Trastorno Bipolar
El consumo de cannabis es muy prevalente entre pacientes con trastorno bipolar. Está descrita la inducción de fases maníacas por el consumo de cannabis; además, puede favorecer la aparición de síntomas psicóticos en estos cuadros y aumentar el número de recaídas.
4.- Sindrome Amotivacional
La descripción de este cuadro relacionado con el consumo de cannabis tuvo mucha difusión tras la descripción inicial en 1968 pero, en la actualidad, es una entidad controvertida. El cuadro se caracteriza por una pérdida de energía, abulia e
importante limitación en el desarrollo de las actividades habituales del sujeto, posiblemente acompañado de déficits cognitivos asociados. La mayoría de los clínicos coincide en que es un cuadro que se presenta en consumidores habituales, sin embargo no está claro si se trata de una entidad propia o es resultado del estado de intoxicación crónica. De cualquier forma, en la mayoría de los casos se observa su remisión con la abstinencia prolongada de la sustancia.
5.- Deterioro cognitivo
El consumo agudo de cannabis altera la capacidad cognitiva (atención, memoria, percepción, resolución de problemas) y el rendimiento psicomotor. Puede producir enlentecimiento en la velocidad de reacción, incoordinación motora, alteración de la memoria a corto plazo, dificultades de concentración y en la atención dividida. Estos efectos son dosis-dependientes e interfieren en la realización de ciertas actividades (conducción, manejo de maquinaria). El consumo habitual de annabis provoca cambios estructurales en el tejido cerebral (hipocampo y amígdala) y hay alteraciones en la memoria, la atención, la resolución de problemas, la capacidad psicomotora y la velocidad de procesamiento de la información. Se an escrito cambios del flujo sanguíneo y metabólicos en regiones prefrontales y cerebelares en estudios de neuroimagen en consumidores crónicos. Algunos estudios indican que las alteraciones neuropsicológicas descritas pueden resolverse progresivamente si se cesa el consumo
6.- Psicosis
Psicosis. La intoxicación aguda por cannabis puede cursar con síntomas psicóticos transitorios, como ideas paranoides. Habitualmente estos desaparecen espontáneamente a las pocas horas. El consumo prolongado e intenso puede ocasionar los denominados trastornos psicóticos inducidos, que son de corta duración (días o semanas) y ceden con la abstinencia prolongada. El efecto más nocivo, sin lugar a dudas, es el riesgo de desarrollar psicosis prolongadas en relación con el consumo de cannabis. Además se ha observado que el consumo de cannabis es muy prevalente en los sujetos con trastornos mentales graves como la esquizofrenia. Dicho consumo favorece el incumplimiento del tratamiento y empeora el pronóstico ocasionando más recaídas psicóticas. Existe controversia en torno a la naturaleza de la asociación del consumo de cannabis y la aparición depsicosis. Mientras que algunos autores apoyan que el consumo de cannabis precipita psicosis en sujetos vulnerables, otros defi enden que esta relación es debida a factores de confusión no controlados o a que el cannabis se emplea para automedicar alguno de los síntomas de la psicosis incipiente. Estudios recientes también defienden la posibilidad de una vulnerabilidad genética, neurobiológica o ambiental común para ambos trastornos. La mayoría de la evidencia científi ca apoya que el consumo de cannabis es un factor de riesgo para las psicosis crónicas como la esquizofrenia en sujetos vulnerables, sobre todo en relación con el consumo de dosis altas, alta potencia del THC y baja proporción THC/CBD y, sobre todo, el inicio precoz del consumo.
7.- Flashbacks por cannabis
Hace referencia a revivir las experiencias presentadas durante la intoxicación sin haber consumido el tóxico, después de semanas o meses de abstinencia. Era un cuadro habitualmente 164 descrito con los alucinógenos pero también se presenta ocasionalmente con el consumo de cannabis.
8.- Delirium
Poco frecuente y en relación con consumos de altas dosis. Más frecuente en personas mayores consumidoras. Normalmente se trata de un cuadro reversible y de corta duración, pero puede ser recurrente en sucesivas exposiciones al tóxico y también aparecer en sujetos que consumen cannabis por primera vez.
9.- Efectos sobre el sueño
El THC induce sueño y altera el patrón sueño-vigilia. Además, en casos de consumo prolongado, puede aparecer un efecto rebote en la cantidad de sueño REM tras la interrupción brusca del consumo.
10.- Efectos sobre la conducta alimentaria
El cannabis produce un aumento del apetito entre una y tres horas tras su consumo, incrementando el número de ingestas y la apetencia por dulces. Sin embargo, con el consumo continuado de cannabis se produce una disminución
de este efecto. La activación del sistema cannabinoide tiene efectos lipogénicos, favoreciendo el acúmulo y la síntesis de grasa.